domingo, 30 de enero de 2011

Las misteriosas luces del Delta del Paraná

Revista Año Cero. Por , Año 11, nro 8

E1 Paraná es el segundo río más largo de Sudamérica. Nace en Brasil y, tras
recorrer 4.700 km, desemboca en el Río de la Plata, no sin antes formar un gran
delta.
Antes de la llegada de los españoles, las tierras bañadas por esta
corriente fluvial eran dominio de algunas de las numerosas tribus guaraníes. A
pesar de que no edificaron grandes ciudades ni templos, estos pueblos poseían un
lenguaje rico en vocablos, y una prolifica mitología, especialmente rica en todo
tipo de criaturas no humanas. Son numerosos los relatos guaraníes donde se
mezclan hechos prodigiosos con la aparición de luces y seres desconocidos. En
épocas más modernas, algunos escritores también recogieron relatos sobre luces
extrañas que se aparecían a los pescadores del Delta del Paraná, adoptando las
más diversas formas y colores.
Pero, si bien las observaciones de luces en esta zona se remontan a
tiempos inmemoriales, lo cierto es que su salto a la popularidad comenzó con la
divulgación de unos sucesos muy concretos.
Victoria es una pintoresca ciudad ubicada prácticamente en las márgenes de
la Laguna del Pescado, a 330 cm al noroeste de Buenos Aires. Los siete cerros
que la rodean y la presencia del puerto que la une fluvialmente con el Rio de la
Plata le otorgan una importancia singular. Esta localidad ribereña es, desde
1991, lo que muchos ufólogos argentinos denominan una "zona ventana", a causa de
la cantidad y calidad de los sucesos OVNI que allí acontecen.



OVNIs sobre "La Pepita";

Todo comenzó en la estancia " La Pepita", una finca situada a tan sólo 8 km. de
la ciudad de Victoria. Su propietaria, Judith Gonzalvez de Basaldúa, observó,
junto a algunos sus empleados, una serie de luces que cruzaban su finca cada
día. Tras cerciorarse de que no correspondían a ningún fenómeno convencional,
lograron establecer que éstas se podían contemplar siempre a la misma hora, en
torno a las 20:30.
Posteriormente, un periodista local, Ramón Pereyra, decidió participar en
una de las curiosas vigilias de "La Pepita" y lo hizo llevando una cámara de
televisión. Aquella noche, acompañado por algunos de los habituales observado-
res, logró filmar un objeto luminoso de color rojizo que se desplazaba por los
cielos de Victoria. Este suceso seria el detonante para que los OVNIs se
convirtieran en un auténtico acontecimiento social en esta localidad. El 23 de
julio de 1991, los fenómenos de Victoria ya habían captado plenamente la
atención de la prensa nacional.
Tras este primer incidente, numerosos profesionales de los medios de
comunicación se desplazaron hasta dicha ciudad a la caza y captura de OVNIs. Una
de las principales cadenas argentinas, ATC (Argentina Televisora Color), logró
registrar con sus cámaras las evoluciones de varias luces multicolores que se
desplazaban por el río. El protagonismo que los medios de comunicación dieron a
los fenómenos de Victoria atrajo un nuevo aluvión de periodistas, investigado-
res, curiosos y militares. Pese al invierno, miles de personas se reunían cada
día con la intención de convertirse en testigos de aquellos sucesos.
Los principales puntos de observación de Victoria fueron -además de la
estancia "La Pepita"- el cerro de la Virgen, el cerro La Matanza y la costanera
de Victoria. Los resultados de aquellas noches de "cacería" no fueron pocos, ya
que son centenares los casos recogidos por los ufólogos en la ciudad y sus
alrededores. Y hubo más aún, ya que numerosos investigadores se convirtieron en
testigos al poder contemplar con sus propios ojos algunos de los extraños
fenómenos luminosos.
Además, para sorpresa de muchos, los habitantes del Delta ya habían
clasificado las luces varios años antes de que llegasen los investigadores.
Cuando, a raíz de los incidentes OVNI de 1991, Victoria se convirtió en prota-
gonista habitual en los medios informativos, éstos reflejaron la preocupación de
numerosos testigos que buscaban una explicación para estos fenómenos. Quizá por
ello, varios periódicos y televisiones locales aventuraron la posibilidad de que
la NASA enviara a algunos de sus técnicos y científicos para investigar el
caso in sito. Aunque no existe una confirmación oficial de que el interés de la
agencia espacial norteamericana se tradujera en su presencia física en Victoria,
numerosos habitantes del lugar están convencidos de que entre los visitantes que
acudieron a la zona movidos por su interés hacia el fenómeno OVNI, había
miembros de la NASA. Al fin y al cabo, no sena la primera vez que se especula
con la posibilidad de que científicos de esta agenda hayan visitado zonas
ufológicas calientes de Sudamérica.


Los colores de un enigma

Los grupos de investigación CEFU y Hemisferios son quizá los más activos de la
ufología argentina. Durante sus viajes por el Delta del Paraná pudieron recoger
cientos de testimonios sobre el comportamiento de estas luces, a las que los
lugareños coinciden en catalogar según sus colores y comportamiento. Bajo dicho
patrón, podrían dividirse entres tipos:
1. Luces rojas, que suelen acercarse a los testigos-y hasta perseguirlos-,
cuyo tamaño puede oscilar entre el de una pelota de tenis y varios metros de
diámetro.
2. Luces amarillo-ámbar, que aparecen más alejadas de los observadores y
son "más tranquilas".
3. Luces blancas, que siempre son divisadas en la lejanía y desplazándose
por los islotes.
Sin embargo, en el Delta no sólo se ven luces. Entre la abundante
casuística recogida en la ciudad y su zona de influencia existen testimonios
según los cuales los OVNIs se presentan bajo otros aspectos.
En Antelo, a 13 km de Victoria, fue observado un objeto volador luminoso,
con forma de cigarro puro, en agosto de 1992. Después de este avistamiento
aparecieron doce huellas circulares, similares a los "corros de hadas", en una
de las fincas. En la zona del Delta los investigadores han recogido también
algunos casos donde aparentemente hubo fenómenos electromagnéticos asociados a
OVNIs, además de unos pocos testimonios de quienes afirman haber observado
tripulantes.
Este cuadro ufológico parecía indicar que la región iba a convertirse en
un nuevo púlpito donde desembarcarían todo tipo de profetas de los platillos
volantes, tal como ya había ocurrido en otras zonas ufológicas sudamericanas. En
el Cerro Uritorco (en la provincia argentina de Córdoba) o en la "Estancia La
Aurora" (Uruguay), la magnitud de los fenómenos ufológicos estuvo empañada
porque todo tipo de místicos quisieron hacer suyos unos sucesos que actuaban
independientemente de sus fórmulas "mágicas". Sin embargo, los gurus de los
platillos volantes no hallaron adeptos en el Delta.
Si bien las observaciones de luces no identificadas en la zona de Laguna
del Pescado y Victoria tuvieron su máxima repercusión a mediados de 1991, el
fenómeno ha estado presente en diferentes épocas. Por lo menos, así se deduce de
los numerosos testimonios y de la propia literatura local. Un buen ejemplo es la
obra El país de los Chajas, publicada en los años 50 y escrita por el padre Gregorio Spiazzi bajo el seudónimo de Martín de Pospés. El relato cuenta la historia de unos pescadores que estaban faenando de noche y vieron una especie de "bandera roja, una luz potentísima. No se oía ruido de motor ni batir de remos ni de palas... el globo rojizo coloreaba todo el río". Según el relato de Spiazzi, la luz se acercaba a los pescadores a una velocidad vertiginosa. Cuando éstos intentaron dejar paso a aquella embarcación, la luz "apagóse de súbito. Y no se vio ni se oyó nada más en toda la noche".




Base intraterrena

Los investigadores siguen recogiendo, entre quienes viven en las islas del Delta
y entre los campesinos de las aldeas cercanas, numerosos casos de un fenómeno
que aún continúa produciéndose en el entorno de esta zona del Paraná.
El equipo de investigación Visión 0VNI, compuesto por Silvia Pérez Simondini, sus hijos Andrea y Christian, Néstor Gaioli y Pablo Puchet, ha
trabajado sobre una inquietante hipótesis que podría apuntar a la existencia de
una base intraterrena en Victoria. El río sería la puerta de entrada y salida de
esta base, donde se encontraría el epicentro de los extraños fenómenos que
ocurren en la zona desde principios de siglo.
Actualmente se está construyendo un puente de gran envergadura sobre el
río Paraná, las islas y el río Victoria, que permitirá las comunicaciones del
Mercosur con Argentina. Alli han tenido lugar numerosos sucesos para los que sus
constructores no encuentran explicación.
La mayor de las máquinas que realizan el trabajo de dragado está sostenida
por dos patas de hierro de 0,50 cm de diámetro, 18 m de largo y 6 toneladas de
peso. Una de las patas se rompió durante una maniobra y los buzos bajaron para
engancharía y subirla a la superficie. Según las declaraciones de los
trabajadores, cuando ello ocurre suelen encontrar la pieza a una profundidad
aproximada de 1 m. Sin embargo, en esta ocasión no fue así. Jamás apareció,
aunque la buscaron durante dos semanas empleando ecosondas y tecnología de
vanguardia. Esto nos hace sospechar que el río, que aparentemente no presenta
gran profundidad, esconde en sus entrañas toda suerte de enigmas. Otro de los
misteriosos fenómenos que suceden allí se manifiesta en forma de esferas de
diferentes tonalidades que paralizan el funcionamiento de los motores y de las
luces del puente cuando lo sobrevuelan. Algo que ha ocurrido en varias ocasiones, provocando el temor y la preocupación del personal, que también ha obtenido diversas fotos de estas extrañas esferas de luz.
Modesto Colman tiene 60 años y es un hombre de gran temple y coraje. Se dedica a
la pesca o al cuidado del ganado y había sido siempre incrédulo sobre el
fenómeno OVNi, pero el 16 de octubre de 1992 fue protagonista de unos hechos que cambiaron radicalmente su forma de ver las cosas. Era de noche y él estaba cerrando un molino en el cual trabajaba. Mientras realizaba esa tarea, recordó los comentarios de sus vecinos y amigos acerca de los extraños sucesos que acaecían en el río, frente a la Laguna del Pescado, justamente al lado de donde él se encontraba en esos momentos. Entretenido en estos pensamientos, comenzó a balar por las escaleras del molino cuando un sudor frío recorrió su espalda: todo se estaba iluminando a su alrededor. Se dio vuelta lentamente al notar que la luz estaba detrás de él y entonces se sintió presa del pánico, ya que una enorme esfera le seguía, a una distancia de 30 metros escasos, mientras él bajaba las escaleras. Cuando llegó al piso bajo, con la esfera siguiéndole
todavía, vio cómo descendían de ella tres pequeñas figuras. Guiado por el terror, sacó un gran cuchillo para defenderse e increpó a los misteriosos seres.
La respuesta de éstos no se hizo esperar: de la esfera salió un rayo de luz que
se dirigió hacia él, rozándole la mitad del rostro. Fue entonces cuando Colman
experimentó la extraña sensación de que su cuerpo disminuía de tamaño, hasta que
le pareció que no medía más que unos pocos centímetros. Se refugió tras un árbol, pero éste fue alcanzado por un nuevo fogonazo de luz. Aterrorizado, emprendió una carrera que se le antojó interminable; tenía la visión nublada y sus ropas se desgarraron en la alambrada del campo. Una vez en su casa, comenzó a llorar desconsoladamente. Durante 10 días sufrió sordera y mala visión, aparte de quemaduras en la cara. En el lugar donde vivió la experiencia quedó la huella de la esfera en forma de herradura, de unos 6 m de diámetro, y el árbol tiene aun su muñón quemado. Desde entonces, Modesto está seguro de que a él "se lo quieren llevar, pues luego sufrió otras experiencias similares.

En una de las curiosas vigilias de "La Pepita" y lo hizo llevando una cámara de televisión. Aquella noche, acompañado por algunos de tos habituales bservadores, logró filmar un objeto luminoso de color rojizo que se desplazaba por los cielos de Victoria. Este suceso sería el detonante para que los OVNIs se convirtieran en un auténtico acontecimiento social en esta localidad. El 23 de julio de 1991, los fenómenos de Victoria ya habían captado plenamente la atención de la prensa nacional.
Tras este primer incidente, numerosos profesionales de los medios de
comunicación se desplazaron hasta dicha ciudad a la caza y captura de OVNIs. Una
de las principales cadenas argentinas, ATC (Argentina Televisora Color), logró
registrar con sus cámaras las evoluciones de varias luces multicolores que se
desplazaban por el río. El protagonismo que los medios de comunicación dieron a
los fenómenos de Victoria atrajo un nuevo aluvión de periodistas, investigado-res, curiosos y militares. Pese al invierno, miles de personas se reúnen cada día con la intención de convertirse en testigos de aquellos sucesos.
Los principales puntos de observación de Victoria fueron -además de la
estancia "La Pepita"- el ceno de la Virgen, el ceno La Matanza y la costanera de
Victoria. Los resultados de aquellas noches de "cacería" no fueron pocos, ya que
son centenares los casos recogidos por los ufólogos en la ciudad y sus
alrededores. Y hubo más aún, ya que numerosos investigadores se convirtieron en
testigos al poder contemplar con sus propios ojos algunos de los extraños
fenómenos luminosos.
Además, para sorpresa de muchos, los habitantes del Delta ya habían
clasificado las luces varios años antes de que llegasen los investigadores.


Cuando, a raíz dejos incidentes OVNI de 1991, Victoria se convirtió en protago-nista habitual en los medios informativos, éstos reflejaron la preocupación de numerosos testigos que buscaban una explicación para estos fenómenos. Quiza por ello varios periódicos y televisiones locales aventuraron la posibilidad de que la NASA enviara a algunos de sus técnicos para investigar el caso in situ. Aunque no existe una confirmación oficial de que el interés de la agencia espacial norteamericana se tradujera en su presencia física en Victoria, numerosos habitantes del lugar están convencidos de que entre los visitantes que acudieron a la zona movidos por su interés hacia el fenómeno OVNI, había miembros de la NASA. Al fin y al cabo, no sería la primera vez que se especula con la posibilidad de que científicos de esta agencia hayan visitado zonas ufológicas calientes de Sudamérica.

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