domingo, 30 de enero de 2011

El regreso de los OVNIs

Revista Conozca Mas. Febrero 1997, por Alejandro Agostinelli

Alla por los años 50, ufólogos pioneros, como el mayor del ejército Donald Keyhoe, vincularon los avistamientos masivos de ovnis con el lanzamiento de cohetes espaciales. Otros, como el español Eduardo Buelta, correlacionaron estas oleadas con el momento en que Marte esta mas cercade la Tierra, ya que así los marcianos aprovecharían para ahorrar combustible. Más adelante, el escritor Aimé Michel trató de poner orden a través del tendido de “redes or toténicas”: si el misterio se des plazaba en línea recte, al menos éra un misterio que se dirigía a alguna parte. En su momento, todas estas ideas eran origina les y cientificas. Pero fueron de sestimadas por revisiones pos teriores. La pregunta de siempre fue: ‘Si hay
algo inteligente en estas apariciones. ¿lo es también su periodicidad?’ David Saunders,inspirador del proyec to UFOCAT, reunió 60000 casos y elaboró una teoría que preveía ciclos de 61 meses. Así predijo una oleada en 1972 en Sudáfrica. Pero como en enero de 1983 y febrero de 1988 no su cedió nada del otro mundo,
su modelo fue descartado Jacques Vallée comparó las olea das con un programa de refuer zo, un "sistema de control" que combina Ja periodicidad con lo imprevisto ‘Las olearias Ovni —escribió-, intentan enseñarnos algo”. Algunos interpretaron su hipótesis, que explicaría la aparente irregularidad de los avista mientos, de la siguiente manera: “Los ET preparan a la humani dad para el aterrizaje final” Para el ufólogo-social Martin Kottmeyer, “las oleadas se producen en períodos de excitación, ansiedad y confusión, con situaciones cercanas a la histeria. En la oleada de 1973, las madres no querían que sus hijos fueran a la escuela por miedo a que fueran secues trados por ET”.
Para el argentino Luis Burgos, no hay duda posible: “1997 será el gran año de los ovnis”, pronostica con absoluta convicción. Presi dente de la Fundación Argentina de Ovnilogía (FAO), Burgos tiene una original y polémica teoría: calcula la posibilidad de que los ovnis estén siguiendo ciclos defi nidos de actividad, que los haría
volver con más fuerza cada diez años. Más bien escéptico, no identifíca a los platos voladores con naves procedentes de otros mundos. “Me inclino a pensar que son artefactos manejados por una inteligencia terrestre. Pe ro eso no quiere decir que des carte otras teorías”. Ahora juega todas sus cartas a la llamada Hi pótesis Decimal (HD). Para soste ner su teoría, los integrantes de la FAO estudiaron la
periodicidad de las oleadas a partir de 3.000 casos de observaciones de obje tos voladores no identificados ocurridos en la Argentina durante el período 1947- 1996.

Ahora bien, ¿cómo formulan su hipótesis? “Nosotros postulamos, simplemente, que los ovnis son un fenómeno repetitivo; es decir, que "retornan al lugar de/os hechos". No me re fiero a la totalidad de los casos, si no a gran parte de ellos, entre el 50 y el 60 por ciento. De acuerdo con el estudio que se hizo en nuestra fundación, regresan en ciclos de diez años”. Burgos con fiesa desconocer los motivos. “Habría que hilar muy fino “, dice. Si bien sus pronósticos están centrados en la Argentina y paí ses limítrofes, Burgos se entu siasma y hace apuestas: “Para el mapa geográfico del ‘97, el meridiano 60 podría seria columna vertebral de la oleada. Según la milenaria cultura china, esta franja corresponde a ‘la ruta del dragón’,
una zona donde ocurrían sucesos extraños. Si la Hipótesis Decimal se cumple, estaríamos vaticinando una oleada en Vene zuela y en los Estados Unidos”.
Convencido de haber previsto oleadas anteriores, ahora asegu ra que 1997 registrará una “avalancha” de ovnis. Basa su idea “en las olas registradas durante los años 1947, 1957, 1967, 1977 y 1987”. Sin embargo, la secuencia enumerada por el presidente de la FAO no coincide con los años en que se produjeron los grandes picos de avistamientos de ovnis en el mundo. Por ejemplo, la ole ada que sacudió a la Argentina en 1965 cuando la Armada emitió el célebre comunicado donde legitimaba la presencia de luces extrañas sobrevolando el cielo antártico. O la famosa de 1968,
cuando Los invasores, que perseguían a David Vincent, era la serie televisiva de moda y el mundo aguardaba expectante la inminente caminata lunar. O la explo sión ovni de 1978, que le siguió al estreno de la película Encuentros Cercanos del Tercer Tipo. Ese año, el frenesí arrancó el 4 de febrero, cuando una criatura esca mada bajó de una astronave y saludó a un grupo de amigos que pescaba en el Dique La Florida, provincia de San Luis. Frente a estos interrogantes, Burgos dife rencia su Hipotesis Decimal de las oleadas famosas: “El efecto oleada—dice— no tiene relación con la HO. La HD, en cambio, puede vaticinar si tal o cual año puede suceder una oleada”. Para el ufólogo, los platillos volantes se comportan como los
asesinos que regresan al lugar del crimen:
“Este año veremos ovnis que in cursionaron en las mismas zonas y en ciclos anteriores. Por eso se verán en Mar del Plata, La Plata, Olavarría, Junín y Nueve de Julio, donde ya estuvieron antes”.
Burgos sintetiza así su visión sobre la reincidencia del fenómeno: De cada 100 casos ovni, entre 50 y 60 regresan al lugar donde aparecieron por primera vez. El resto queda fuera de la Hipótesis Decimal.
De esos 50 a 60 casos, 25 a 30 regresan cada 10 años (los res tantes vuelven en ciclos indeterminados). Esto se puede com probar en ciudades y pueblos del interior donde las apariciones han sido permanentes en cinco décadas.
Por lo tanto, de los 3,000 regis tros nacionales, entre 1.500 y 1.800 repitieron los escenarios originales. Entre 750 y 900 de aquellos volvieron cada 10 años. Un aspecto fundamental, que revela la solidez de este tipo de es tudios, son los criterios de selec ción. Burgos aclare que sólo empleó los informes que consi
Para el escritor español, los ovnis prefieren no interferir con la humanidad.
El escritor español Juan José Benítez, famoso autor de la saga Operación Caballo de Troya y autor de una decena de libros ufológicos, está en la ruta de los Ovnis desde hace 24 años.
Durante una breve visita a Buenos Aires conversó con Conozca Más. ¿Por qué una inteligencia E. T. estaría dando vueltas desde hace casi cincuenta años sin establecer contacto masivo? Yo creo que si no se produjo un contacto público se debe a que no les interesa. Y sospecho que no les interesa porque las diferencias entre esas civilizaciones y nosotros es tan abismal que el contacto tendría serias dificultades. No porque fueran agresivos (probablemente no lo son) sino porque habría que revisado todo. Si una civilización que nos lleva 50 mil años, o tal vez un millón, puede demostrar que está más avanzada que la nuestra, muchas estructuras humanas sufrirían un desequilibrio importante. Para nosotros, en cambio, lo que importa son las prisas; lo que todo el mundo desea es que se manifiesten. Los
científicos usan el remanido argumento de que, en caso de ir a un planeta habitado, se darían a conocer.

Pero ése fue el error que cometimos hace siglos con las culturas americanas.
deró “confiables”, entre ellos “fenómenos de altura, aterrizajes, observaciones de humanoides y contacto de entidades con testigos”. La FAO incorporó a su ca tálogo casos difundidos por la prensa. “Pero, en particular, los ocurridos durante el período 194 7-1967: en aquellos tiempos la gran mayoría de las denuncias no eran investigadas por los ufó logos, quienes a duras penas re cogían los testimonios. La
situación cambió a fines de los años ‘60, cuando aparecieron grupos ufológicos que comenzaron a investigar los episodios con más detalle”. Para afinar sus conclu siones, los investigadores separan los informes de ovnis que de jaron de serlo (es decir, aquellos para los cuales fueron descubier tas las posibles causas de los avistamientos) de los que permanecen no identificados. Esta ca tegoría —conocida como Objeto; Voladores Identificados (Ovis) funciona como “grupo de control”: si tanto”identificados” como “no identificados” siguen patro nes similares o iguales (es decir, si las diferencias entre ambas muestras son mínimas o nulas). esto significaría que a los casos “no identificados” les pueden ca ber las mismas explicaciones que recibieron los “identificados”. La FAO advierte que, en el estudio que acaban de realizar, ésta es una asignatura pendiente: “Toda vía no correlacionamos la tabla positiva con la casuística negativa”. En la segunda lista incluyen “los casos de contacto telepático y los muy dudosos”. ¿Cuál es el papel
que otorga el estudio de FAO a la influencia que ejercen los medios de comunicación? Los escépticos opinan que un primer caso sensacional muy difundido dispara un “efecto bola de nieve”, siendo la publicidad mediática la caldera de cultivo donde se gestan las oleadas de noticias sobre ovnis. Durante estos períodos, “cualquier cosa extraña vista en el espacio o a nivel del suelo, que en condiciones normales apenas suscita sorpresa en el espectador, motiva la denuncia de una observación ovni”, afirma un ufólogo de la línea dura, el español Vicente-Juan Ballester Olmos. Para Burgos, en cambio, “esa influencia es importantísima, pero no determinante. Obviamente, la prensa se nutre muy bien con una oleada. Pero no la condiciona. Por ejemplo, la oleada argentina de 1968 (con más de 200 casos) se compone de un 80 por ciento de sucesos difundidos por los medios. Pero los casos
de la oleada del ‘85 (con 80 casos) proceden de la prensa y de los grupos investigadores en partes iguales”. Burgos destaca que, desde 1990, el periodismo no se ocupa del tema con la misma profusión que antes. “Pero los ufólogos, con elogiable entusiasmo por luces nocturnas huidizas, recopilaron decenas de casos nuevos. ¿Conclusión? Los investigadores se saltean a la prensa, se rastrean
los episodios al mejor estilo Sherlock Holmes”.
Naturalmente, no todos compar ten su optimismo. “Si bien el es fuerzo personal de los ovnílogos sirve para burlar la hipótesis de que el interés de los medios cons truye e/fenómeno oleada’, la no vedad agrega otro problema: los catálogos estarían registrando mayor cantidad de casos ovni en aquellos escenarios donde hay
más grupos ufológicos activos”. Así opina Guillermo Roncoroni, analista de sistemas y ex presidente de la Comisión de Investigaciones Ufológicas (CIU). “Las estadísticas, entonces, no estarían reflejando la frecuencia de un fenómeno externo ni el de los medios sino las costumbres de los ufólogos. No prevalecerían los sitios elegidos por eventuales ovnís sino aquellas geografías donde los ufólogos
consideran que existe más actividad “. Roncoroni fue el compilador del Primer Catálogo Argentino de Encuentros Cercanos (ARGENCAT) hasta 1986, año en que —por razones misteriosas— abandonó la investigación del fenómeno ovni. “Ahora pienso que nos equivocamos: no se puede estudiarla posibilidad de que se presente un ‘fenómeno ovni real sí las fuentes son recor tes de prensa o encuestadores que buscan
confirmar sus dese os. Sin saberlo, en aquellos tiem pos estábamos estudiando un fe nomeno social”. La FAO, al publicitar su vaticinio sobre una posible oleada en 1997, ¿no se arriesga a provocar el fenómeno que pretende predecir, creando el clima de bienvenida? “Lógica mente, es un arma de doble filo”, responde Burgos. “Pero... ¿cómo me juzgarían los periodistas, la gente y los colegas si les dijera
que pronostiqué la oleada con antelación, pero que no la divul gué para no crear falsas expectativas?”.
Por lo pronto, algunos contacta dos anuncian que una flota de naves se pegaron a la cola del cometa Hale-Bopp, que se obser vará en marzo en el hemisferio norte, para luego descender en masa. Lo cierto es que, el próxi mo 24 de junio, se cumplen cincuenta años de los platillos voladores vistos por Kenneth Arnold, el caso que le puso nombre al enigma. A principios de julio se conmemoran las bodas de oro del
incidente Roswell. Y, por si no bastara, este año se espera el de sembarco de una decena de fil mes dedicados al tema.
Es improbable, pero si el regreso de los ovnis no se produce o su fre un ligero retraso, consuela recurrir a un adagio ufológico que ya era viejo en tiempos de Fabio Zerpa: “Cuando los ufólogos en cuentran una ley acerca del com portamíento de los ovnis, ésta re sulta impugnada por las nuevas observaciones”.

LAS FUERZAS ARMADAS OBSERVAN EL FENOMENO EXTRATERRESTRE

Bob Miller, gobernador del Estado de Nevada, Estados Unidos, acaba de rebautizar la ruta 375, cerca del pueblo de Rachel: ahora se llama “Extraterrestrial Highway”. La decisión no es un mero golpe de efecto para atraer el turismo a una región desértica: muy cerca de allí está la base supersecreta de la Fuerza Aérea de Groom Lake. Algunos creen que esas instalaciones son la cobertura del “Area-51”, el legendario hangar clandestino donde los militares esconderían a los “seres grises” y la clave del “secreto Alien”. Al acto asistieron los actores del film Día de la Independencia (ID4), la superproducción que batió records de taquilla. El éxito de la película, sumado al del programa X-Files (que en la Argentina se conoce como Código X o Expedientes Secretos X), está apurando el estreno de una decena de filmes donde los aliens son protagonistas: Mars Attack!, The Arrival, Men in Black, Alíen Zoo y Contacto, basada en la última novela de Carl Sagan.

En 1991, el capitán de fragata en retiro Daniel Perissé, el principal testigo de los fenómenos luminosos que conmocionaron la base naval Decepción durante la oleada del ‘65, participó de un congreso nacional de ufología donde reveló que un grupo de científicos, en su mayoría personal del Centro de Investigaciones Técnicas de las Fuerzas Armadas (CITEFA), había empezado “un sistemático trabajo de recolección de denuncias Ovni en sitios donde el fenómeno parece manifestarse con mayor recurrencia”.
Perissé es uno de los impulsores del proyecto. Hace un mes, el comodoro Juan Carlos Mascietti reconoció que el grupo de estudios que encabeza estaría en vías de obtener su oficialización. Elgrupo dependería del Ministerio de Defensa y su objetivo sería evaluar los casos ovni para esclarecer el misterio y brindar información fidedigna al público.

Alejandro Agostinelli

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